Los colegios tienen las plantillas docentes «en el aire» a las puertas del curso escolar

Varios alumnos de Infantil, con sus padres, en un aula de un colegio gijonés el primer día de clase del curso pasado
Varios centros deberán hacer «una reestructuración de horarios» si no se les conceden más profesores.
Todo está casi listo. Las obras en patios y aulas a falta de algunos remates menores y el material escolar en las mochilas, pero, a tres días de que el curso 2010-2011 arranque para los alumnos de Primaria de toda Asturias, la tensión en los colegios gijoneses es, este septiembre, bastantes grados superior a la de los inicios de curso de años anteriores. Y la causa de tanta inquietud es que, a sólo tres días de que abran sus puertas, buena parte de los centros tienen sus plantillas docentes «en el aire».
Muchas de las direcciones de los colegios gijoneses no las tienen todas consigo tras los recortes puestos en marcha por la Consejería de Educación y Ciencia del Principado a las puertas del que ya se conoce como «el curso del tijeretazo», un curso en el que aumenta el número de alumnos y disminuye el de profesores. Eso implicará que habrá más escolares por cada aula, algo que, según los sindicatos educativos, garantiza un repunte del fracaso escolar. Y «el fracaso escolar sólo consigue fracasados sociales», recuerda el concejal gijonés de Educación, Justo Vilabrille, que ha convocado a todos los centros escolares a unas jornadas para tratar «este asunto que preocupa» el próximo noviembre.
Según los datos de la Concejalía de Educación, aún no definitivos, el curso 2010-2011 empezará en Gijón con 2.050 alumnos de tres años y nueve unidades nuevas: una más en el Alfonso Camín, Begoña, Jovellanos, Los Pericones, Montevil, Noega y Zorrilla y dos más en el Manuel Martínez Torner, lo que sitúa el mayor incremento de la población escolar en La Calzada. Pero también hay otros centros, como Los Campos, donde se ha reducido una unidad de infantil, lo que ha obligado a «juntar dos clases de cuatro años», apunta el director del centro, Luis Méndez.
De todos esos alumnos, destaca la concejalía, 1.813 obtuvieron plaza en el centro solicitado como primera opción (el 88,43% del total), 1.942 lograron plaza en alguna de las opciones solicitadas y 108 tuvieron que ser reubicados. «Todos dentro de su área de adscripción», matizan.
Lo que no está tan claro para los responsables educativos, a falta de la segunda adjudicación de interinos que se producirá hoy, es el número de docentes que se harán cargo de la tarea de educar a esos nuevos alumnos. Porque, como ya ha reconocido el propio consejero, Herminio Sastre, este año hay una suerte de «confusión» generalizada que ha puesto a los docentes en pie de guerra.
Pero no sólo a ellos. También a los directores. En el Cabrales, por ejemplo, «falta media plaza por cubrir», explica Gema Piedra, su responsable. «Y la necesitamos mucho porque nos afecta al apoyo de Educación Infantil», precisa Piedra, que confía en que la situación se resuelva «antes de tener que sacar a las familias a la calle».
La sensación general es que «este año están escatimando bastante» a la hora de dotar a los centros de profesorado, cuenta. Y la confirma Germán Costales, al frente del Colegio Montevil, un centro que este curso tuvo que descartar más de una veintena de solicitudes por exceso de demanda.
«Un auténtico desbarajuste»
«Estamos con la guerra de todos los años, pero esta vez no tenemos mucha fe, dado el recorte de las plantillas, aunque esperamos que imperen la cordura y el sentido común en la consejería», confía Costales, que añade que, «si no se cubre la plantilla, eso implicará que habrá una profesora de apoyo menos». O lo que es lo mismo: «Un auténtico desbarajuste».
También en el Clarín «hay un profesor menos», lamenta su directora, Soledad García. En concreto, «un tutor menos de Primaria». Y, si la cosa no se solventa, «habrá que hacer una reestructuración en todos los horarios del profesorado».
Marta Álvarez, que dirige el Severo Ochoa, ya va por la tercera llamada a la Consejería de Educación en busca de soluciones para la plantilla. «Me falta todavía una persona, a lo que se suma que otra interina está de baja maternal». O lo que es lo mismo: un docente de asturiano y un tutor de Primaria menos. Así que, si no están en el Severo Ochoa el jueves, las cosas se complicarán y «habrá que empezar con las sustituciones, lo que será sólo un apaño y perjudicará, sobre todo, al alumnado».
«Justitos, justitos» van en el Evaristo Valle, precisa Juan José Vázquez, su responsable. Allí, «el ajuste se notará fundamentalmente en asturiano y en Religión, ya que a partir de ahora los profesores itinerantes estarán aún más compartidos», lo que les restará disponibilidad horaria.
También en el Atalía «faltan por nombrar tres maestros», critica su director, Manolo Farpón. Y Manuel Llano, al frente del Elisburu, se confiesa, asimismo, «preocupado por la provisión de plazas si se confirman los recortes en Primaria y Secundaria». De hecho, él acaba de cursar «tres peticiones urgentes a la consejería». Algo similar ocurre en el Colegio Nicanor Piñole. «Estemos intentando que nos concedan media plaza», admite su directora, Luisa Saz.
Y «tres o cuatro maestros» se necesitan también en Los Pericones, pero la cosa es aún peor en Jove, donde, según subraya Gumersindo Rodríguez, del sindicato independiente ANPE, «hay grupos con más de una veintena de alumnos y estudiantes con necesidades educativas especiales, cuando, en ese caso, no se puede superar la veintena».
Pero es que tampoco pinta mejor para los interinos, acosados por una proliferación de las medias jornadas, y que se verán obligados a llegar a los centros «sin ningún tiempo para prepararse» para su nuevo destino, se lamentaba ayer uno de ellos.
Los sindicatos cifran en 1.000 profesionales menos el recorte, mientras que el consejero de Educación en 170, y ANPE ha anunciado ya que sus servicios jurídicos estudian llevar a los tribunales «una adjudicación que no es de recibo y que no cumple los principios constitucionales de mérito, igualdad y capacidad».
Los docentes se concentrarán a mediodía de hoy frente a la sede de la Consejería de Educación y Ciencia para protestar por una adjudicación que consideran «una tomadura de pelo en toda regla y una auténtica chapuza».