Además, Joaquín Aréstegui está convencido de que la decisión de haber rebajado la inversión en becas de cara al nuevo curso será letal para la calidad de la educación asturiana. «Estamos ante el Gobierno que ha dado el mayor tijeretazo social de la historia. Suben los impuestos, bajan los sueldos y encima cargan contra el sistema educativo, que es uno de los pilares del bienestar de las familias de la región. Está claro que los errores del PSOE van a pagarlos los más desfavorecidos», sentenció. Para Aréstegui «la educación es un derecho básico y las ayudas a las familias son un derecho social que se han cargado».
El Ejecutivo regional ha llevado a cabo cambios significativos en los criterios de concesión de las ayudas para la compra de libros de texto y material escolar. El principal es la rebaja del límite de la renta máxima que han de cobrar las familias para poder optar a las subvenciones, ya que hasta ahora sólo se excluía a aquellas que percibían más de 60.000 euros anuales -salvo en familias numerosas y en los casos de alumnos con necesidades especiales- y ahora se ha establecido un baremo en función del número de integrantes de la unidad familiar, que irá desde los 17.377 euros de renta anual máxima para familias monoparentales hasta un límite de 39.877 para las compuestas por ocho miembros. También se establece un complemento de 2.500 euros por cada miembro a partir del octavo, algo bastante inusual en el año 2010. Haciendo cálculos, el Principado reducirá en un 37,5 por ciento la aportación económica destinada a estas subvenciones con respecto al curso pasado.
En total se invertirán 2,8 millones de euros de las arcas regionales, pero el programa de ayudas cuenta además con una aportación de 1,6 millones procedentes del Gobierno central, con lo que el montante total suma 4,5 millones. Durante el curso que acaba de finalizar se invirtió un total de 7,2 millones de euros en subvenciones, 2,7 más que los presupuestados para este año. Las limitaciones supondrán un descenso notable en el número de beneficiarios, que el año pasado fueron unos 65.000.