Les han bautizado popularmente como la generación nini, porque son jóvenes que ni estudian, ni trabajan. Sin embargo, este sector de población con edades comprendidas entre los 16 y 29 años, que está catalogado como inactivo, achaca mayoritariamente a la situación coyuntural de crisis económica su falta de productividad y atribuye a la ausencia de expectativas laborales tanto su poca disposición a continuar formándose a través de su participación en cursos como a mantener una búsqueda más dinámica de un empleo.
La Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de publicar los últimos datos correspondientes al tercer trimestre de este año. El informe avala que en España hay actualmente 645.800 jóvenes que pertenecen a la generación nini , de los que 13.600 residen en Asturias. No obstante, se ha empezado a apreciar un descenso en esta tendencia ya que, en comparación con el año 2009, los jóvenes que ni estudiaban, ni trabajaban en nuestro país ascendían a 771.900.
En el lado opuesto de la balanza se encuentran los jóvenes de la generación sisi, que son aquellos que compaginan su trabajo con la continuación de su formación académica y que está conformada por 636.400 personas en España. En esta generación se incluye a 8.
700 jóvenes, de 16 a 29 años, que estudian y trabajan en el Principado.
El presidente del Consejo de la Juventud, Marcelino Sánchez, advierte de antemano que la mayoría de los jóvenes conceptuados como generación nini no se ven reflejados en esta denominación porque su situación de inactividad no es algo deseado, ni elegido. "La crisis económica ha derivado en una falta de oportunidades para los jóvenes de acceder a un empleo, pero éste es un problema generalizado en toda España", explica.
Los más perjudicados Desde los organismos públicos se buscan las alternativas pero, a corto plazo, no se atisba una solución fácil para este colectivo. "Se tienen que crear nuevos cauces para que los jóvenes tengan un empleo estable", afirma Sánchez.
El Consejo de la Juventud participa, desde hace un mes, junto a las organizaciones sindicales en la elaboración de una propuesta para la creación de un plan de empleo juvenil dirigido a un colectivo que es uno de los más perjudicados por la crisis.
"El problema -señala Marcelino Sánchez- es que la situación económica no es la más deseable y la falta de empleo trae aparejada, entre otras consecuencias, la imposibilidad de emancipación por las dificultades para pagar una vivienda".
El presidente del Consejo de la Juventud anima a los jóvenes a ser emprendedores. "Si hay una oportunidad de trabajar fuera, deben aprovecharla y cuando mejore la situación, volver a Asturias".