El lev: un lujo para Asturias

La cuarta edición del Laboratorio de Electrónica Visual (LEV) volvió a arrojar unos resultados muy satisfactorios en cuanto a nivel artístico, organizativo, asistencia de público y respeto por los espacios de Laboral Ciudad de la Cultura. Reiteramos que este festival supone un verdadero lujo para Asturias y para Gijón, por lo que sería conveniente seguir mimándolo entre todos para que perdure el mayor tiempo posible.
Cada espectador se habrá quedado con su propio 'hit parade' de la presente edición y, obviamente, todas las opiniones son igual de respetables. En mi caso, sólo por haber contemplado los visuales del colectivo británico AntiVJ -que ilustraron la música ambiental del mexicano Murcof- hubiera ido a la Laboral andando y con garbanzos en los zapatos, como en las antiguas promesas de posguerra. Me quedo también con los directos del triunvirato del sello Raster Noton, Signal, y con la frescura de Aufgang, una novedosa propuesta con dos pianos de cola, batería y bases electrónicas, que puso en pie al auditorio. Y muy prestoso el cierre de Scuba, Dj Krush, James Blake, Ben Frost... En definitiva, una oferta que siempre mantiene el listón.
A lo largo de las dos jornadas, se pasaron por el festival cerca de 2.400 personas, con muchísimos visitantes de fuera de la región, lo que siempre viene de perlas para la economía de la ciudad. Y los espectadores del LEV no son, precisamente, de los que les das la vuelta y no les caen ni cinco duros de los bolsillos.
Como en cualquier otra manifestación artística, siempre hay aspectos mejorables. Uno echa en falta, por ejemplo, la presencia de más artistas de la tierra, pues no será ni por falta de candidatos cualificados, ni de espacios, ni de presupuesto. Seguro que más de uno actuaría gratis en este escaparate ideal.
En resumen, que la criatura de Datatrón 0×3F, Teatro de la Laboral y Laboral Centro de Arte y Creación Industrial es un ejemplo de espectáculo de vanguardia, muy cool, y que concita el interés del público para poder sufragarlo. Vaya desde aquí un nuevo olé por el LEV.