Los difíciles planes de futuro para los jóvenes

PAULINO FEITO. PRESIDENTE DEL CONSEYU DE LA MOCEDÁ DEL PRINCIPÁU D'ASTURIES Aunque todos los tramos de edad tienen sus «ni-ni», sólo se generaliza con el que va de los dieciocho a los treinta. Y digo generalizar porque cuando usan la palabra «generación» están generalizando. Y cuando generalizan a partir de un mal ejemplo se están olvidando del resto. De la inmensa mayoría de la juventud: de quienes buscan trabajo y cuando lo encuentran suele ser precario, de quienes no tienen a su alcance un empleo estable y una vivienda con los que hacer planes de futuro, de quienes se matan en el trabajo antes de cumplir la treintena, de quienes sufren discriminación porque además de jóvenes son mujeres, o tienen alguna discapacidad, o la piel más oscura, de quienes lo están dando todo en el asociacionismo y el voluntariado.

Ésta es la generación que ha sufrido a las empresas de trabajo temporal desde que tienen edad para trabajar, a la que se le va a privatizar el acceso a la Universidad gracias a Bolonia, la que, tal como pintan las cosas, se jubilará más tarde de los setenta años sin tener garantizado una prestación pública por jubilación.

La verdadera generación joven es así: plural, variopinta y siempre digna. Y en los tiempos que corren lo está pasando mal, como todo el mundo. Incluso lo estaba pasando mal antes de que llegase la crisis económica mundial. Ni la sociedad española es como un «Gran hermano» de más de cuarenta millones de participantes ni la juventud española es un gran «Diario de Patricia», por más que la generalidad suela ser menos interesante que las excepciones.