El año pasado se aprehendieron en la región, según datos de la fiscalía, y a la espera de la presentación de la memoria de 2009, un total de 11.226 gramos de esta sustancia, frente a los 0,6 del año pasado. Tal y como subraya el fiscal especial antidroga, José Perals, el consumo de esta sustancia se ha elevado de manera «preocupante».
Perals destaca los potentes efectos que produce la ketamina en los consumidores y que hace que sea buscada como droga de ocio. A ello se añade que los distribuidores de esta sustancia están fomentando su venta, ya que sus márgenes de beneficio económico son elevados.
Una de las principales dificultades con que se topa la fiscalía a la hora de perseguir la venta de esta sustancia es que, a pesar de causar un grave daño a la salud, no puede perseguirse como tal, sino como un delito contra la salud pública con carácter genérico, y el castigo penal que acarrea es leve, incluso más leve que en el tráfico de hachís. Para endurecer las penas es preciso que la ketamina sea incluida en los convenios sobre estupefacientes y sustancias psicotrópicas.
El año pasado también aumentó la aprehensión de cocaína (26.741 gramos), marihuana (22.625 gramos) y cannabis (37.602 gramos).