Un 25% de los alumnos de Secundaria en España acumula el 63% de los partes disciplinarios. Por cada alumna con comportamientos disruptivos en el aula (boicot a las clases, a los profesores o a sus compañeros) hay tres varones con problemas de disciplina. El 57% de los profesores españoles asegura padecer «con cierta o mucha frecuencia» esos comportamientos de boicot por parte de alguno de sus alumnos.
La presentación ayer, en Oviedo, del estudio «La violencia en los centros escolares» por parte del sindicato FETE-UGT permitió al secretario general de la entidad, Daniel Rodríguez, hacer un llamamiento al pacto educativo «que esté apoyado por todos los partidos, independientemente de su programa político». Un pacto que incluiría entre las 137 medidas propuestas por el Gobierno mejores condiciones para la paz en las aulas, una asignatura pendiente.
El estudio, patrocinado por los dos principales sindicatos del país y por la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), estima que las conductas «típicas de disrupción no pueden ser consideradas en sí mismas situaciones de violencia», pero la frontera es fácilmente traspasable. El estudio refleja actitudes que destrozan la clase, como dormitar, preguntar insistentemente para retrasar el funcionamiento académico (y, a ser posible, sacar de quicio al docente), desafíos de autoridad, vestimenta estrafalaria o guardar las cosas antes de tiempo dando por terminada, por su cuenta y riesgo, la clase. Los autores del estudio afirman: «En muchos casos, al intentar controlar la disrupción, se consigue el efecto contrario, pues aumenta la escala del conflicto».
Para muchos, la disrupción es el principal problema. Más en Asturias, donde los casos de violencia explícita son inferiores a la media nacional. La disrupción está detrás de buena parte de las bajas laborales del profesorado. Mantener la disciplina al impartir clase produce niveles de estrés alto o muy alto en el 40% de los encuestados, y ser víctima de desconsideración por parte de los alumnos también genera estrés alto en otro 40%. Aproximadamente un 33% del profesorado afirma ser víctima muy frecuente de «hostigamiento sexual».
Treinta y dos profesores asturianos participaron en la elaboración de la encuesta, de un total de 1.223 docentes de toda España pertenecientes a la red pública, privada y concertada.