«Las familias que puedan costearse los libros de texto tendrán que pagárselos»

«Abogamos por la gratuidad de la educación, pero entendemos que en una situación de crisis se tengan que tomar medidas especiales». Ese es el planteamiento de partida de Jesús Fernández, al frente de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Principado de Asturias Miguel Virgós.
Padres y madres de alumnos, a través de su portavoz, se muestran comprensivos con el recorte a las ayudas a los libros de texto anunciado por el Gobierno del Principado para el próximo curso, «un cambio bastante radical». Entienden, dicen, que si los libros no pueden ser gratis para todos, deben establecerse prioridades por tramos de renta y «las familias que puedan costear los libros, tendrán que pagárselos» hasta que la economía mejore.
En cuanto al préstamo, una fórmula que ya han ensayado comunidades como Castilla-La Mancha, Canarias, Andalucía, Aragón, Cataluña, Galicia, La Rioja, Navarra, Extremadura o el País Vasco, a Fernández le consta que «en esos lugares funciona bien». Así que tampoco le parecería descabellado que Asturias lo implantase.
Este sistema consiste, fundamentalmente, en la reutilización de los libros de texto. Es decir, los libros son gratuitos, pero, una vez finalizado el curso, los estudiantes deben entregarlos a su centro escolar, de forma que puedan ser utilizados por otros alumnos en años académicos sucesivos, siendo renovados cada cuatro años, el periodo en el que está estimada su duración en buen estado. Supondría un ahorro, calcula, de 120 euros en el caso de los alumnos de Primaria y de 150 en Secundaria al inicio de cada curso escolar.