La venganza en cien disparos

Eduardo Risso --a la izquierda-- y Brian Azzarello, ayer en Gijón.
Azzarello y Rossi desgranan las claves de ´100 balas´, uno de los cómics más laureados El final cerrado resultó fundamental para el desarrollo de la trama.
Empezaban los años 90. El guionista norteamericano Brian Azzarello estaba conduciendo. Un vehículo le cerraba el paso, lo que despertó al piloto más agresivo. "Si pudiera lo mataría", comentó molesto al amigo que le acompañaba. " En serio lo harías?", le respondió. Con esta conversación nacía 100 balas , un cómic que recogió el testigo de Sin City y obtuvo varios premios Eisner y Harvey.

Puede ser capaz una persona de tomarse la justicia por su mano?. "Todo el mundo planea un asesinato alguna vez en su vida", bromeó ayer en Gijón el creador de la exitosa serie. La historia arranca cuando un agente entrega a una desconocida un maletín con información de las personas que han hecho un fracaso de su vida y 100 balas imposibles de rastrear para la policía.

Vértigo, la editorial que publicó las historietas, envió por fax a Azzarello dibujos de tres ilustradores que podrían pasar al papel sus guiones. Al ver las primeras páginas del envío, donde había varios bocetos del argentino Eduardo Risso, cortó la transmisión. "No sé qué otros artistas había, pero no hacía falta". Empezaba así una colaboración de 10 años.

Ambos tenían claro desde el comienzo que la historia se cerraría en 100 capítulos, y así lo hicieron, pese a que el éxito hizo que la editorial les ofreciera una prórroga. Conocer desde el principio cuándo acabaría todo fue una ventaja fundamental, explicó Azzarello, a la hora de desarrollar los personajes.

"Puedes ejecutar exactamente la idea que tienes en la cabeza al comienzo", afirmó. "Por ejemplo, Lono es un personaje realmente malo. Cuando aparece, todo el mundo sabe que va a a pasar algo terrible. Sale en el capítulo 5, pero 18 números después comete un acto que desde luego es censurable".

Aunque la intención inicial era crear un villano al que todo el mundo odiara, Azzarello se sorprendió al ver que Lono se ganaba la simpatía de los lectores de 100 balas .

Risso, sin embargo, confiesa que él prefirió no saber qué iba a pasar en el siguiente capítulo. "Supongo que será algo que conservo como lector". El dibujante destaca que en los guiones, Brian Azzarello es consciente de que está escribiendo un cómic y reserva mucho espacio para las ilustraciones, lo que le daba más libertad a la hora de distribuir las viñetas en la página. "Cada página tiene un por qué", sentenció Azzarello ante la mirada de complicidad del dibujante. El guionista se jactó además de haberse anticipado a la administración Bush, porque en el cómic "los gángsters son quienes mueven los hilos".

Una de las principales preocupaciones de Risso se refería al color. En los dibujos originales --60 de ellos pueden verse estos días en la Semana Negra-- decidió suprimirlo casi en su totalidad, acostumbrado a ver la paleta de los cómics de superhéroes. "Tenía miedo de que el color fuera en detrimento de la historia", confesó. Aún así, echa en falta una reedición de toda la serie en blanco y negro, donde se aprecia mejor el uso de los contrastes.

Después de 100 balas , que este año protagoniza la exposición de cómic de la Semana Negra y también una de las publicaciones gratuitas, escritor y dibujante volverán a trabajar juntos en un nuevo proyecto sobre el que prefieren no avanzar nada. "Solo podemos decir que se hará", dijo Azzarello. "Si nos llevamos tan bien, por qué nos íbamos a separar?", se preguntó Risso.