La prevención comienza en la cuna. Los padres no deben esperar a la adolescencia para afrontar la lucha contra las drogas, si no que deben ganarse la confianza de sus hijos desde el principio para detectar futuros problemas.
Comunicación y proximidad. Son las dos herramientas clave para prevenir que nuestros hijos se conviertan en dependientes de alguna sustancia. La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) acaba de presentar ‘¿Qué les digo?', un innovador manual sobre cómo escuchar y hablar sobre drogas con nuestros hijos. En él se explica que no se debe obviar el asunto hasta que irrumpa en la adolescencia, sino que es necesario ganarse la confianza y establecer un vínculo de comunicación
desde el principio. Así, el menor no tendrá tantos obstáculos para expresar sus inquietudes llegado el momento, y los padres podrán detectar si existen problemas de consumo abusivo. La otra clave consiste en comprender que las drogas ya no son marginales, sino que están vinculadas al ocio que consumirán nuestros hijos. Hacer que desde muy pequeños tengan inquietudes es una herramienta vital para la prevención. De este modo se podrá evitar que su futuro mundo adolescente gire sólo
en torno a la fiesta, como en el caso extremo vivido días atrás en los incidentes de Pozuelo (Madrid).
La proximidad, lograda desde muy pequeño, es lo que nos permitirá darnos cuenta de si su comportamiento ha variado más allá de los cambios habituales en la adolescencia. Por el contrario, si hay una barrera entre el menor y los padres, será más complicado detectar problemas. Además, la confianza hará que el niño vea en los padres una figura a la que acudir en busca de ayuda, y no un enemigo al que ocultar el problema.
SÍNTOMAS Y AYUDA
URAÑO, CALLADO, POCO SOCIABLE...
Aunque los signos varían mucho, pueden ser síntomas de consumo problemático ver que el carácter afable de nuestro hijo pasa a ser uraño y callado o se encierra en la habitación ‘pasando'de los padres
MOTIVAR HACIA EL TRATAMIENTO
Si creemos que nuestro hijo consume, deben imperar la prudencia y el diálogo. Es un error alarmar o amenazar. Si es muy problemático debemos buscar ayuda profesional.
LA PREVENCIÓN POR ETAPAS
DE 0 A 6 AÑOS
Dar respuesta a sus constantes preguntas. A esta edad no conocen las drogas ni les interesan, pero si sale el tema debemos abordarlo con naturalidad. Deben saber que existen normas y deben tener respuesta para sus constantes preguntas.
EVITAR MENTIR
Los padres deben evitar mentir -"nofumo"- y molestarse si el niño muestra cuiosidad porque no volveran a acudir a nosotros
DE 6 A 12 AÑOS
Los medios y los amigos entran en escena
Los medios de comunicación y los amigos ya ejercen ifluencia. Es bueno conocer el círculo de nuestro hijo y hablar de drogas sin prejuicios si él saca el tema.
NO DESCONFIEMOS
El hecho de que el enor pregunte sobre drogas no significa que las haya probado. Si nos alarmamos, nos evitarán en la siguiente ocasión.
DE 12 A 16 AÑOS
Las drogas forman parte de su vida.Los padres deben asumir que las drogas pasan ahora a formar parte de la realidad de nuestros hijos. Hay que evitar interrogatorios para que nuestro hijo no se sienta amenazado y abordar el diálogo con naturalidad y sin escándalos. También si ya la ha probado.
QUE LOS JÓVENES TENGAN LÍMITES TAMBIÉN DEPENDE DE NOSOTROS
Confianza, un antídoto antiexcesos
Nadie dijo que fuera fácil educar. De hecho, un tercio de los padres reconoce que no lo hace bien. Un error frecuente es no pensar en los posibles problemas hasta que ya es demasiado tarde. Si sabemos que un hijo ha probado las drogas o ha protagonizado disturbios tras una macroborrachera (como ocurrió hace unos días en la madrileña localidad de Pozuelo) sólo cuando nos lo cuenta la Policía, será difícil encauzar la situación. Si desde niño se acostumbra a establecer lazos de confianza con él será más fácil.