Los Encuentros Internacionales de Cabueñes (KBUÑS09) han estado dedicados en la edición de este año a las «Oportunidades para un mundo más humano» y al «Poder de las redes para crear e innovar», todo ello enmarcado en la situación de la crisis económica del presente.
La participación de la juventud en la sociedad ha sido el principal objetivo de los encuentros, en los que se han ofrecido perspectivas para dicha intervención social a través del empleo, la cooperación, el urbanismo, el arte de la creación digital o el poder de internet.
Sin embargo, si la finalidad de estas jornadas es la de activar la presencia de los jóvenes en su entorno, la pregunta que cabe formular es si los instrumentos ofrecidos son los más adecuados, o si, además de ellos, sería necesario incidir sobre el desarrollo de una participación social mediante un pensamiento más activo y crítico, y sustentado en la propia sociedad civil.
Curiosamente, la ya veterana cita para la juventud (éste ha sido el 27.º año de su celebración) finalizó su edición de 2008 con críticas del Conseyu de la Mocedá de Gijón a causa del dirigismo de las entidades organizadoras, que no permitieron que los propios jóvenes fueran escuchados acerca de sus intereses. Incluso el citado Conseyu ironizó sobre el hecho de que el tema de KBUÑS08 había sido el de «Las nuevas tecnologías», al igual que había sucedido 22 años antes, en los encuentros de 1986, bajo el lema «Cabueñes y las nuevas tecnologías». Desde ese punto de vista, internet y sus redes han vuelto a ser en buena parte un refugio temático en la presente edición. Al decir aquí «refugio» también se quiere apuntar a que no está claro si la denominada cibercultura contemporánea es más un lugar de protección y resistencia ante el mundo real o un instrumento eficaz de exposición e intervención ante la sociedad. El mito de la red de redes está en plena elaboración y los enfoques críticos sobre el mismo son aún escasos.
Por ello, la cuestión es si los pretendidos instrumentos de participación han de ir a la raíz del problema. Un 65 por ciento de los jóvenes se manifiesta al margen de cualquier asociación u organización social (cultural, deportiva, política, religiosa, ecologista, recreativa, asistencial, estudiantil, etcétera), según datos del Instituto de la Juventud de España (Injuve). El rechazo de la política, a causa de su descrédito, es aún mayor entre la juventud, lo cual genera una contradicción evidente, pues la participación política es la base de un sistema democrático.
Y si a la juventud se le atribuye la etiqueta del inconformismo, según el antiguo lema «seamos realistas, pidamos lo imposible», no cabe duda de que el objetivo primordial ha de ser la participación a partir de la propia sociedad civil articulada en entidades de derecho público o privado (partidos, sindicatos, asociaciones, foros, confesiones religiosas, etcétera). Y ha de ser una participación basada en un pensamiento crítico, diverso, plural, racional y opuesto al pensamiento uniforme y unificante de nuestro tiempo. Todo ello, o prende desde la edad joven o se puede dar por perdido. He aquí un programa para los Encuentros de Cabueñes.