La juez castiga a tres meses sin salir de marcha a los detenidos de Pozuelo mientras el Defensor del Pueblo reclama «autoridad»

Los siete menores de edad detenidos por la 'batalla de Pozuelo' han sido castigados por la juez encargada del caso a un período de tres meses sin salir de marcha a partir de las diez de la noche. Sus padres y abogados han anunciado que recurrirán la medida. El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, pide a las familias que acepten esa sanción «razonable» con «deportividad».
A partir de ahora, los técnicos de la Agencia del Menor de la Comunidad de Madrid, que siempre ejecutan las medidas judiciales en cada caso, evaluarán a los menores. Si la Policía les encontrase incumpliendo esta medida se les imputaría una infracción grave.
El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, atribuyó comportamientos como el botellón y episodios derivados del mismo como lo ocurrido en Pozuelo de Alarcón (Madrid) a la falta de autoridad tanto por parte de los padres como de los profesores. El comportamiento violento de doscientos jóvenes el pasado domingo, enfrentándose a la Policía con piedras y botellas, quemando un coche policial, y con un intento de asalto a una comisaría son fruto, a su juicio, de una pérdida de valores sociales y de la confusión sobre los límites de la libertad.
Múgica presentó ayer ante el pleno del Congreso de los Diputados el informe de gestión de su institución en 2008. Entre las quejas recibidas, recordó, varias debidas a los botellones juveniles que siguen celebrándose en muchos puntos del país pese a la prohibición legal vigente. A partir de esos datos, el Defensor del Pueblo considera que «todos somos culpables» de altercados como los de Pozuelo. Según Múgica, este episodio «ha de ser estudiado con rigor» pero se debe sobre todo al «desbordamiento de actitudes irracionales» por la «pérdida de autoridad y de valores de la sociedad».
La familia se supone que es el lugar donde los jóvenes adquieren los valores más importantes, y el Defensor del Pueblo cargó a los padres con la mayor parte de la responsabilidad por la mala educación de los adolescentes de hoy, sean mayores o menores de edad. Y también los propios jóvenes implicados en los disturbios han de asumir su culpabilidad, porque «deberían tener la racionalidad suficiente para saber divertirse sin molestar y menos atacar a los demás», destacó.
Educación
Al profesorado le cabe, a su juicio, una responsabilidad secundaria ya que su trabajo está condicionado al de los padres de los alumnos. Ahora las cosas han cambiado tanto que «creen que el profesor es el culpable de lo que hace el alumno». Por su parte, los docentes debieran intentar mantener cierta distancia respecto de los alumnos y evitar el 'colegueo' con los jóvenes.
En todo caso, el problema que subyace tras el botellón y confrontaciones como las de Pozuelo es serio y tiene tantas implicaciones sociales que requiere un «gran diálogo nacional» en las Cortes donde estén presentes todos los sectores relacionados con la educación, para ver -dijo Múgica- « dónde vamos a llegar».
Según la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), un tercio de los padres españoles con hijos adolescentes siente que no los educa bien y casi el 40% admite no manejar bien los conflictos de convivencia con los chavales. Dos de cada tres familias reclaman más implicación de los educadores en esta ardua tarea. La FAD presentó ayer '¿Qué les digo?' (Temas de Hoy), un manual de ayuda para padres sobre cómo escuchar y hablar de drogas con sus hijos.