La ley ha logrado lo que auguraban sus detractores: hacer menos visible el fenómeno, aliviando sus síntomas sin incidir en las causas. "La mayoría de las ciudades ha conseguido extinguir las concentraciones multitudinarias de jóvenes bebiendo en el centro", dice el informe. Ello se ha logrado mediante botellódromos, que la CAVA define como "guetos alejados de la ciudad en condiciones denunciables".
El 57,8% de estos espacios habilitados por los ayuntamientos no cuenta con las condiciones de higiene, limpieza y seguridad exigidas por la ley. El 30% está en terrenos de difícil acceso o inundables.
Otras ciudades ni siquiera tienen estos recintos. Sevilla, Málaga, los municipios gaditanos de Jerez de la Frontera y El Puerto de Santa María, y los núcleos sevillanos de Dos Hermanas y Alcalá de Guadaíra "no cumplen con la normativa de crear espacios alejados de los núcleos urbanos", según la CAVA. En Sevilla o Málaga el debate sobre el botellón sigue vivo, al ser aún frecuentes estas concentraciones juveniles en zonas muy visibles.
El informe aporta datos que ilustran el fracaso de la ley, aprobada sólo con los votos del PSOE en octubre de 2006 y de cuyo cumplimiento deben encargarse los ayuntamientos, en muchos casos gobernados por PP o IU, que votaron en contra. El 75% de los 220 establecimientos analizados en Andalucía no cumple con la prohibición de vender alcohol después de las 22:00 horas. Sólo el 1% solicita el DNI a los compradores de alcohol.