Los expertos alertan sobre el peligro de consumir alcohol antes de los 21 años.

Jordán Suárez, Presidente del Conseyu De La Mocedá de xixón
Especialistas en salud ven «sorprendente» que Asturias sea la única región del país que permite la venta a menores desde los 16 años.

Oviedo, P. G.

La petición de prohibir la venta de alcohol a menores de 18 años (ahora en Asturias se sitúa en los 16) realizada por el fiscal antidroga de Asturias , José Perals, ha sido asumida por algunos de los expertos consultados por LA NUEVA ESPAÑA, que incluso van más allá y creen mejor ampliar la «ley seca» hasta los 21 años. Médicos, psiquiatras y psicólogos prefieren dejar a un lado el debate sociopolítico sobre una normativa única en España y se centran en las consecuencias que un consumo temprano puede provocar.

«La exposición al alcohol interfiere con el desarrollo cerebral. Y el cerebro no termina de madurar hasta los 21 a 22 años», explica Julio Bobes, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo. Bobes es de los que piensa que antes de prohibir, mejor informar. «Los jóvenes deben tener información para gestionar bien los riesgos de su salud. Muchas veces las medidas prohibitivas no funcionan entre los adolescentes. Soy partidario de medidas disuasorias de otro tipo», asegura Julio Bobes.

Para Eduardo Carreño, médico experto en adicciones, «existen factores médicos de mucho peso» para cambiar la normativa. «Permitir el consumo de alcohol a los 16 años es un sinsentido desde el punto de vista médico», afirma, para abundar: «El alcohol no deja de ser una sustancia química que en un cerebro en plena formación produce cambios que en muchas ocasiones ni se pueden valorar».

Mientras, para José Muñiz, catedrático de Psicología en la Universidad de Oviedo, el caso asturiano es «sorprendente cuando en muchos países occidentales la prohibición se extiende hasta los 21 años». E insiste: «No tiene justificación. Es una situación anacrónica». De todas formas, Muñiz asume que prohibir la venta a menores de 18 años «no es la solución al problema, pero al menos permite al individuo afrontar el alcohol con una mayor madurez». Aunque las últimas estadísticas reflejan que el consumo de alcohol entre los jóvenes ha disminuido, éste se ha concentrado los fines de semana. «La forma de consumir ha cambiado, vamos al modelo nórdico: beber de manera impulsiva hasta caer», teme Muñiz para quien este cambio «pone en marcha hábitos que luego son difíciles de cambiar».

Por su parte, Pablo Herrero aboga por el cambio, pero sobre todo «porque se obligue a todo el mundo a cumplir la normativa». Y es que este médico sabe de lo que habla después de nueve años en el servicio de Urgencias del HUCA. «Todos los fines de semana atendemos a tres y cuatro jóvenes al día. Y por el verano incluso durante la semana tenemos algún caso». En lo que se refiere a los menores de edad, incluso por debajo de los 16 años, muchas historias coinciden: «Reconocen que han consumido en locales donde no se les ha pedido siquiera el carné de identidad».

¿Y qué piensan los jóvenes? Jordán Suárez, presidente del Consejo de la Juventud de Gijón, lo tiene bastante claro: «Si con 16 años te puedes subir a un andamio a colocar ladrillos se supone que también podrás salir a tomar un culín de sidra».

«Permitir el consumo a los 16 años es un sinsentido desde el punto de vista médico»

 

Médico experto en adicciones

«El alcohol interfiere en el desarrollo cerebral, que no acaba hasta los 21 años»

 

Catedrático de Psiquiatría

«Vamos al modelo nórdico: beber de manera impulsiva hasta caer»

 

Catedrático de Psicología

«Si con 16 años te puedes subir a un andamio, también puedes tomar un culín»

 

Pte. Consejo de la Juventud