El juzgado de Menores ha condenado a cinco jóvenes de una banda latina a cumplir una medida de prestaciones en beneficio de la comunidad durante sesenta horas, tras ser sentenciados el pasado 27 de julio como autores de los delitos de asociación ilícita, dos faltas de lesiones y una falta de amenazas.
Los cinco menores, tres chicas y dos chicos, estuvieron implicados en unos altercados el 23 de mayo del 2008. Según el informe policial, ese día un grupo de menores integrantes de una escisión de los Latin Kings, la banda Todopoderosa Nación de Reyes y Reinas Latinos, fueron al Carlos Tartiere guiados por una persona mayor de edad. También obligaron a acompañarlos a otras dos chicas. Una vez en el campo de fútbol, el jefe ordenó a tres de las chicas que golpearan a las otras dos. La orden se dio mediante la expresión "amor de rey".
La agresión fue un castigo a las dos chicas porque estas habían incumplido el código de la banda. Una de ellas infringió las normas al querer abandonar el grupo y la segunda por "relacionarse" con otros jóvenes "enemigos" de la banda. Una de las agredidas tuvo que ser atendida por los servicios sanitarios por las lesiones sufridas mientras que la otra, además de las agresiones, recibió amenazas por internet. Es de destacar que, según la Policía, "a raíz de la intervención y de la imputación de su lider su actividad fue frenada".
La sentencia acredita sin lugar a dudas que este grupo poseía un "código de normas entre las que se incluía la obligación de asistencia a las reuniones, obediencia al líder en lo que decretase y secreto en los temas tratados". Además, cuando el jefe de la banda creía que alguno de los integrantes de la misma había quebrantado las normas o quería abandonar el grupo, "se permitían el castigo físico, las amenazas o las coacciones".
La Policía Nacional, la Guardia Civil y la Fiscalía de Menores trabajan conjuntamente para frenar la implantación de las bandas juveniles y frenar cualquier atisbo de delincuencia entre menores. Las estrategias utilizadas están dirigidas a terminar con cualquier intento de asociacionismo ilícito que utilice la violencia para identificarse.
MEDIDAS POLICIALES En este sentido, desde la Jefatura Superior de Policía se han puesto en marcha una serie de medidas enfocadas a que el actual periodo, denominado "embrionario", no degenere en "una espiral de violencia". Con este fin, la Policía ha creado un sistema de información y seguimiento de cualquier conato de asociacionismo. Además, se ha dibujado un mapa de riesgos, grupos y lugares de actuación de estas bandas. También se ha aumentado la presencia policial en las zonas de ocio y de reunión de jóvenes en las ciudades, principalmente los fines de semana y periodos vacacionales.
Por otra parte, se ha facilitado el trabajo conjunto de todos los grupos especializados en menores con los de información, así como con la fiscalía, con el fin de alejar a los chavales del influjo de las bandas. Además, el delegado de Relaciones Ciudadanas, que es un policía con experiencia en este tipo de actividades, mantiene contactos con las asociaciones vecinales y de inmigrantes para conocer la situación.