La Asociación contra el Acoso Escolar insta a Educación a «actuar con mayor rapidez para que no se cronifiquen»
«Sólo en Gijón han sido denunciados tres episodios durante la última semana»
El último episodio de ciberacoso que salió a la luz pública en Asturias tiene como protagonista a una estudiante de Candás a la que, supuestamente, una compañera fotografió desnuda durante un viaje a Menorca. Después, la menor, que ha sido denunciada por la madre de la adolescente vejada, colgó por las fotos en internet.
«No es un caso aislado. Hemos detectado un incremento del ciberacoso en el conjunto de la región. Sólo en institutos gijoneses han sido denunciados tres casos durante la última semana». Ese fue, a grandes rasgos, el mensaje trasladado por Encarna García, presidenta de la Asociación contra el Acoso Escolar de Asturias, a los técnicos de la Consejería de Educación en el transcurso de una reunión mantenida ayer con los representantes del Principado. La asociación ha constatado un aumento de los casos en los que las nuevas tecnologías juegan un papel clave para acosar en las aulas. E-mails, mensajes de móvil o blogs. «Todo sirve para acosar a través de los teléfonos móviles y de internet», apuntó Encarna García, quien instó a la consejería a «actuar con mayor rapidez en cuando se detecta uno de estos episodios para que no se conviertan en crónicos», además de «a reforzar el trabajo de prevención».
Una evidencia de este tipo de maltrato psicológico es que la colaboración de la Policía Nacional y la Guardia Civil con los centros educativos permitió abordar media docena de casos en los colegios e institutos de Asturias relacionados con la difusión de mensajes y fotografías a través de la red o de los teléfonos móviles el año pasado. Cuatro de ellos fueron objeto de denuncia. Además de las actuaciones relacionadas con las nuevas tecnologías, los agentes evitaron otros nueve casos de posible 'bullying', de los que cinco terminaron en la vía judicial y el resto se solucionaron con la presencia policial; realizaron 28 expulsiones de jóvenes ajenos a los centros educativos y otras once intervenciones por consumo o trapicheo de drogas, especialmente de hachís.
Violencia enquistada
Otra de las recomendaciones de Encarna García va dirigida a los padres y madres de los menores: «Es fundamental que controlen el ordenador, que sepan en todo momento qué es lo que están haciendo sus hijos». Porque el proceso, explica, suele ser «siempre muy similar»: «Generalmente, el acoso empieza cuando los menores creen que tienen amigos en la red, amigos que, al final, se convierten en enemigos y que extienden los insultos y vejaciones a todos sus contactos, al igual que pasa con el móvil». García cuenta que ya han detectado «casos todas las grandes ciudades asturianas, con Avilés en primer término en lo que a episodios de maltrato psicológico en la escuela se refiere». Asimismo, aunque destaca que «los casos de acoso, en general, descienden en el Principado», el pasado curso concluyó con 26 escolares asturianos sufriendo «situaciones de violencia escolar».
Los mismos insultos
En concreto, el último informe del Consejo Escolar del Principado desveló que, de los 94 casos de acoso escolar detectados en la región durante el curso 2005-2006, se pasó a 69 en el último curso y de que la propia consejería admitiese que, cada año, alrededor de 600 alumnos se ven implicados en situaciones de violencia escolar grave en Asturias. Otra de tragedias cotidianas en las que está mediando la Asociación contra el Acoso tiene como protagonista a Marta -nombre ficticio-, a la que sus compañeros instigan mediante mensajes remitidos por la red tras apropiarse de la clave de su messenger. Marta ha tenido que ser trasladada de centro, pero, gracias al poder multiplicador de internet, cuando llegó a su nueva escuela tuvo que escuchar los mismos insultos que ya recibía en el otro colegio, y acusaciones como que había sido expulsada por colgar fotos de niñas desnudas en internet. Marta tiene protección policial.