Yo quisiera conocer la opinión de las autoridades del Principado y del Ayuntamiento que se encargan de las áreas de inmigración, juventud, etc, como consejeros, concejales, el "Conseyu de la Mocedá", Churruca, asociaciones como AIRA, etc. Me gustaría saber por qué hace sólo unas semanas la alcaldesa negaba categóricamente que en Gijón hubiera "problemas de botellón", y sorprendentemente ahora que un macarra con solera, de sobras conocido (y sufrido) por la juventud gijonesa, por la policía local y la nacional, y desde luego por jueces y fiscales, asesina a un chaval, ahora sí, según usted "el problema es el botellón".
Sra. alcaldesa, no le pagamos ese sueldazo para que eche, como siempre, balones fuera, y quiera disolver la culpa entre cientos de adolescentes desperdigados en 4 ó 5 zonas de ocio juvenil. Claro, claro, claro: si no permite el botellón, el pueblo se le echa encima, y si lo permite, pasan estas cosas. Pues mire, también pasa en la Semana Negra, donde ha habido hasta tiroteos.
Verá: la mayoría de nuestros jóvenes van de botellón porque es más barato y les mola más estar en un parque un par de horas al aire libre con los suyos, que encerrados en una discoteca toda la tarde con propios y extraños. Nos guste o no, es así. Pero la mayoría son tranquilos y si hacen daño a alguien, se lo hacen a sí mismos cuando se pasan un poco con el alcohol. Y gracias a que la mayoría son más responsables de lo que creemos, porque si su seguridad y la de sus padres dependieran del control que ustedes, las autoridades, ejercen, apañados estaríamos. Los padres poco podemos hacer contra las drogas, las navajas y los macarras.
La realidad es que en todas las ciudades ha habido siempre gente violenta y pendenciera, pero en Gijón nunca los hubo a este nivel. El problema al que se enfrentan ustedes los "progres" es que aquí se dan la mano la inmigración y el machismo violento, la "multiculturalidad" de la navaja y la sociedad ultrapermisiva del bienestar y la libertad mal entendida, el "cada uno se divierte como quiere" y el río de cocaína que corre por los bares de Gijón, y que tiene más caudal que el Piles.
Los vecinos de zonas de movida están más que hartos y así lo han expuesto. Los jóvenes que han soportado las bandas violentas, compuestas por latinos y por algunos españoles, también lo han dicho cada vez que se les pregunta. La policía está desmotivada y harta de que estos cabrones entren por una puerta y salgan por otra, Jueces y fiscales, aunque quisieran, no podrían hacer nada contra las leyes estatales y locales. Así que va siendo hora de moverse un poco ¿no creen? Y por favor, no tenga, Sra. alcaldesa, el valor de decir que los horarios de cierre se cumplen, porque en Gijón hay bares abiertos a cualquier hora del día, toda la semana. Por eso viene gente de fuera incluso para despedidas de soltero que duran un fin de semana.