Quién nos iba a decir que en últimos días del verano, y de la inscripción al Festival de Cine de Gijón, íbamos a tener que recordar a los tan recurridos chiringuitos y a los sicarios tan bien reflejados en la película «El Padrino».

Lo realmente asombroso es ver sobre todo, en esta época estival, cómo los «sicarios» de los chiringuitos socialistas (así los denominó uno de sus ex miembros) salen a la vista pública para justificar sus altas remuneraciones ante sus capos.

El último que hemos visto es un viejo conocido mío hablando sobre paparazzis. Quién te ha visto y quién te ve, en aquellos años de presidente del Consejo de La Juventud, cuando arreglabas tu futuro a costa de las asociaciones juveniles mientras gritabas a los cuatro vientos la integridad y la independencia de tu labor.

Hay que reconocer que ya apuntabas maneras. Muchos ya sufríamos tu complicidad con el Ayuntamiento, tirando a la basura años de lucha y avance de este organismo, del Consejo de la Juventud de Gijón, que hoy en día, gracias a tu labor, y a la del actual presidente se está convirtiendo en otro chiringuito socialista, perdiendo ese carácter reivindicativo que históricamente tantos problemas causó a sus primeros dirigentes.

Desde muy joven te esforzaste en llamar la atención de los capos socialistas para que se fijaran en ti, e hiciste los suficientes méritos para que en tu jubilación, cuando abandonaste el Conseyu de la Mocedá de Xixón, pasaras el testigo a otro Uomini d'onore de la estructura socialista y crearan un cargo a medida para ti en el Ayuntamiento de Avilés, formando así parte de la macroestructura clientelista del Gobierno socialista como experto en Juventud, como también te designaron miembro del Consejo de Administración del Centro de Transportes de Gijón, el mismo donde jubilaron a tu «capo» Iván Álvarez Raja.

Desde este momento se ha visto como, periódicamente oculto tras tu disfraz de sicario, difundías el mensaje oficial de la macroestructura en distintos medios de comunicación. Por cierto, no sé si por costumbre de tu época de méritos, o porque va en el sueldo, nunca se te ha visto poner en evidencia ningún error o realizar ninguna critica a los gobiernos socialistas.

Llama la atención que este último artículo salga a la luz justo un día después de la denuncia sobre la ocultación de los ingresos de la concejala Begoña Fernández, sorprendentemente mujer del «capo» del chiringuito de ASATA; sí, de ese del que tú cobras ocupando el puesto de Coordinador del Proyecto de Extensión de Serenos.

Deberíamos invitar a nuestra ciudad al profesor de la universidad de Nueva York Javier Auyero, experto en estudiar y analizar el clientelismo que sufren muchos gobiernos socialdemócratas de América Latina, para que así pudiera ver reflejada la mayor parte de los componentes de sus análisis en la realidad de la «Sicilia gijonesa».

En este caso, para el sicario Javier Barro, sería totalmente aplicable la frase del historiador romano Tácito, cuando decía que «para quienes ambicionan el poder, no existe una vía media entre la cumbre y el precipicio».

Diego Comins Fernández es secretario general de Nuevas Generaciones.