70 canes abandonados desfilaron ayer en Poniente, de lamano de Proyecto Darko, en busca de un hogar de adopción
Dar una nueva casa a un perro abandonado. Con esa idea, la asociación Proyecto Darko organizó en la tarde de ayer el I Desfile de Perros sin Hogar en la explanada de Poniente, dentro del marco de la Fiesta de las Asociaciones. Al escenario se subieron cerca de 70 perros llegados desde los albergues de Gijón, Oviedo, Langreo y Oriente. Algunos de estos animales han sufrido auténticos traumas en su vida. Este es el caso de 'Escrapi'. Sus antiguos dueños vieron como le atropellaba un coche y no le llevaron al veterinario. El resultado, el animal tiene una cojera permanente en sus patas traseras, debido a que las fracturas que sufrió tuvieron que soldarse, sin que nadie le alinease de nuevo los huesos. O la menuda 'Yeri Li'. A esta perrita ciega sus dueños la dejaron abandonada en las cercanías de un lago, presumiblemente, para que se ahogase. La historia de 'Sultana' es otra. Se quedó preñada y su dueño la llevó a una perrera, después del parto, con sus cachorros. Ellos ya han sido adoptados, pero 'Sultana' sigue en el centro. Entre las personas que se acercaron ayer a Poniente con la idea de dar una nueva vida a alguno de estos canes se encontraban Virgilio Álvaro López e Irene Llamazares. Ella se quedó prendada de 'Fifí', una alegre caniche blanca. «Si por nosotros fuera nos la llevábamos ahora mismo a casa», decían los dos encantados con el animal. Esta perra también encandiló a Conchita y Ana. Viven ya con dos canes en casa, pero les gustaría incluir un tercero. La única condición, que sea hembra. «Tenemos un 'terrier' macho que es muy territorial. Intentamos meter otro macho en casa, pero es imposible», contaba Conchita. Olga Lois y Estefanía Satre buscaban un perro pequeño y juguetón. «Nos enteramos de que se celebraba este desfile y, como a la niña le encantan, nos hemos acercado», explicaba Olga. Para ellas va a ser la primera vez que vivan con un can en su apartamento. Esta mujer valoró el buen estado en que se encontraban los animales gracias a los cuidados que reciben en los albergues. A Marisol González le da igual que el perro sea de raza o no. Esta señora vive con tres canes en su apartamento y ayer buscaba el cuarto. «Prácticamente he pasado toda la vida con perros. Me hacen mucha compañía. No entiendo que la gente coja un perro por capricho, si luego lo van a abandonar» decía. Lo debe llevar en los genes porque su hija vive en una finca con once perros. Un animal que encaje «Cuando una persona se plantea compartir su vida con un animal, lo primero que tiene que tener claro es que no es un capricho de un día, porque viven cerca de 15 años», insistía Lola Moreno, de la asociación Amigos del Perro, de Langreo. Para ella es básico antes de adoptar un can pensar cuál es el ritmo y las condiciones de vida que lleva cada uno, y luego buscar un animal que encaje. «No se adoptan muchos perros de los albergues. La mayoría de los que tenemos son mayores, y la gente llama preguntando por cachorros o por un 'yorkshire'», explicaba Mercedes Esconlen, de la casa de acogida para animales 'La Pontiga', de Oviedo. En estos centros, antes de entregar al animal se informan en que ambiente vivirá el perro. «Si vemos que el perro se va a pasar todo el día atado en una caseta no lo entregamos», apunta Esconlen. Para estas asociaciones el bienestar del animal es lo principal.