A juzgar por los resultados de la encuesta realizada por el Instituto Asturiano de la Juventud, el futuro de Asturias estará en manos de generaciones a las que no les interesa en absoluto la política, que tienen una tendencia ideológica mayoritariamente de centro, que leen la prensa a diario, que apenas participan en cualquier tipo de asociación y que tienen un fuerte apego a sus raíces. Ese es, al menos, el retrato que ha elaborado el órgano juvenil de la Consejería de Cultura y Turismo a través de una encuesta realizada a 600 jóvenes de entre 15 y 29 años.
El estudio forma parte de un detallado informe sobre la realidad de los jóvenes asturianos que engrosará el Plan de Juventud 2008/20011 que el departamento de Encarna Rodríguez Cañas pretende tener finalizado para la próxima primavera. Los datos avanzados ayer por Rodríguez Cañas y el director del Instituto, Guillermo Martínez, no son más que un esbozo, pero retratan una juventud muy alejada de aquélla que estrenó la democracia, que es la que aún gobierna hoy, y que accedió a la política en aluvión de entusiasmo y entrega.
Por contra, las cifras que se manejan en 2007 indican que casi la mitad de los jóvenes asturianos, concretamente el 46,8%, no se interesa en absoluto por la política y apenas un 19,4% muestra bastante o mucho interés por la actividad que rige los designios de todos.
Pero quizá lo más curioso del retrato juvenil sea el reparto ideológico de esos votantes. En una región tradicionalmente votante de izquierda, la mayoría de los jóvenes de entre 15 y 29 años se definen como de centro. Es un 35,6%, más de un tercio de los encuestados, los que dicen ser centristas, a secas, no de centro-derecha ni de centro-izquierda, precisamente el área electoral que no tiene opción política definida.
El centro-izquierda tiene un seguimiento del 21,6% y al centro-derecha sólo se siente vinculado el 7,6% de los jóvenes, mientras que los extremos, la izquierda y la derecha en estado más o menos puro, recogen inclinaciones juveniles bastante más mermadas que las centristas. No obstante, es de resaltar que la izquierda aglutina el 14,7% de las respuestas y la derecha sólo el 1,7%. Dado que las individualidades ideológicas no arrojan ningún resultado dominante, el estudio del Instituto Asturiano de la Juventud aporta sumas entre el centro-derecha y la derecha y el centro-izquierda y la izquierda.
El centro y las alas
La suma arroja un balance del 9,3% para los primeros y el 36,3% para los segundos. Apenas un punto por encima de los centristas puros. En las elecciones de los próximos años serán los votantes de centro los que decidan los gobiernos, de alguna manera en un regreso al dibujo de la Unión de Centro Democrático de la recién nacida democracia.
Al margen de pensamientos y valoraciones políticas, el joven asturiano actual se dibuja a través de la encuesta como alguien mucho más individualista que en generaciones anteriores. Su participación en asociaciones, sean del tipo de sean, es bajísima. La palma se la llevan, como suele ser habitual, las de carácter deportivo, con una presencia del 17,4%, pero de ahí a la segunda, las asociaciones culturales, va un abismo. Sólo un 6% se involucra en actos de estas características, aunque aun así el porcentaje es mayor que el registrado en los sindicatos, un 4,3% y los partidos políticos, un 3,2%. Ambas realidades vienen a apuntalar el desapego juvenil por la política, constatado por el 46,8% de desinterés registrado en la encuesta. Y si el asociacionismo en general es bajo, lo que parece no interesar en absoluto a los jóvenes son las actividades religiosas. Sólo el 1,7% de los jóvenes consultados mostró interés por ellas.
La prensa y escrita
Uno de los resultados más sorprendentes es que, frente a la laxitud en política y asociacionismo, a los jóvenes asturianos les interesa lo que sucede a su alrededor y que, en contra de lo que pudiera indicar la sociedad de las nuevas tecnologías, leen mayoritariamente la prensa diaria. Al menos eso dicen el 42,6% de los encuestados, si bien es verdad que quienes más leen son los jóvenes que residen en poblaciones de menos de 2.000 habitantes, con edades entre los 25 y los 29 años. Pertenecen mayoritariamente a la clase alta y media-alta.
En cualquier caso, de unos o de otros, lo cierto es que todos los encuestados se sienten muy ligados a su espacio geográfico. Y cuanto más pequeño, mejor. A su pueblo o ciudad, el 46%, a la comunidad autónoma, el 31% y a España, el 7%. El tradicional localismo asturiano, que persiste en sus 78 concejos individuales, se perpetúa con las siguientes generaciones.
