Europa

08.01 - 14.01

Para introducir esta entrada, os digo que la semana estuve bastante repleta. En primer lugar, Kimi y yo tuvimos compañía debido a la visita que nos hicieron dos voluntarias que hemos conocido durante la formación inicial en Canfranc. Además, esta semana he empezado el grupo de conversación en italiano que, durante mi permanencia en Gijón, acompañará al de inglés. Por fin, he tomado dos días de vacaciones para celebrar mi cumple, el pretexto perfecto que estaba esperando para visitar Barcelona con mi amigo italiano.

Kaya y Melanie (las dos chicas que hemos conocido en Canfranc) ya acabaron su voluntariado, que tenía una duración de solo tres meses. Ahora están viajando por España, y fue un placer acogerlas en nuestro piso. Son personas con las que es muy agradable hablar y compartir experiencias, y quiero agradecerles por su compañía.

El primer encuentro del grupo de conversación en italiano fue muy bien. Verdaderamente, fue divertido para mi explicar mis dudas en el aprendizaje del español, que son las mismas dudas que para los españoles que quieren mejorar su italiano. El solo punto negro fue la baja participación: por la mañana llegaron cuatro y por la tarde no se presentó nadie. Espero que la situación vaya mejorando desde este punto de vista a medida que pase el tiempo.

Llegamos ahora a mi pequeño viaje en la capital catalana. No ha sido mi primera vez en Barcelona. De hecho, en septiembre he pasado una semana de vacaciones allí. Posteriormente he evaluado que probablemente fue la mejor semana del mi 2018. Barcelona me encanta en muchos aspectos. Claro, es una ciudad muy turística, lo que se puede considerar un rasgo negativo. Es frecuente, caminando por las calles, oír hablar diversos idiomas extranjeros, entre los cuales sobretodo se escucha el italiano y el francés. Todavía, me parece fascinante que, en esta mezcla de diferentes lenguas, etnias y culturas, la ciudad mantenga orgullosamente su carácter de capital de Catalunya. Como seguramente sabéis, esto es un tema bastante controvertido. Se olea una cierta hostilitá de los españoles hacia los catalanes, amablemente correspondida en dirección opuesta. No quiero entretenerme en cuestiones políticas, así que solo diré que es un tema muy interesante para mi.

En nuestras exploraciones de Barcelona no estuvimos solos, ya que allí nos quedamos con dos voluntarias italianas que trabajan en Zaragoza. Como estábamos sin planes turísticos preestablecidos, recorrimos el centro de la ciudad sin prisa. Para mi, el barrio gótico y el Born son las zonas más hermosas y sugerentes de la ciudad, por sus calles estrechas y por su atmósfera más auténtica y menos turística. Obviamente paseamos también por la Rambla, la Barceloneta y alrededor de la Sagrada Familia. Hemos recorrido decenas de kilómetros, así que, añadiendo a eso el cansancio debido a los viajes en avión, ahora mismo siento que me falta un poco la energía. Quizá, parcialmente la culpa podría ser también de los años (y cumpleaños) que siguen pasando uno tras del otro. Antes de que empiece a lamentarme de los achaques de la vejez, creo que será mejor acabar esta entrada. Solo quiero agradecerselo mucho a los que han compartido conmigo este finde.