Europa

¡Hola!

Como suele ser ya normal para mí desde hace un par de semanas, la última semana me llevó muchas cosas nuevas, tanto a nivel de mi trabajo en el Conseyu como a nivel personal.

Aproveché un fin de semana de sol para pasear por Gijón, después del cansancio acumulado de mi viaje por Andalucía.  Fue un placer andar por la playa y por el parqué Isabel la Católica, el más grande de Gijón.  Por la noche, recibimos visita en casa y organizamos una cena sencilla con los amigos. Lo pasamos muy bien todos.

El domingo nos fuimos en grupo a una playa qué había encontrado por internet y cuyo nombre es la "Playa del Silencio". Llevamos la comida con nosotros y con el coche de mi amigo David el viaje fue muy fácil. La playa se ubica en la costa del occidente, después de Avilés. Para llegar a ella, había que bajar una escalera y tanto desde lo alto de los acantilados como desde la misma playa ¡las vistas eran maravillosas!

Pasamos el día ahí tomando el sol y luego volvimos a Gijón para disfrutar del clásico del fútbol español. Así se llama en el mundo entero al partido entre el Real Madrid y el FC Barcelona. Aunque no había nada en juego, en esos partidos siempre pasan muchas cosas qué luego dan de hablar en todo el país.

La semana de trabajo empezó con algunas cositas de traducción, donde ayudamos Leila y yo, para invitar a algunos presos políticos a asistir a un acto de acogida del famoso barco qué milita por la liberación de Gaza. Esté parara en Gijón el próximo 14 de junio y me gustaría mucho asistir a los actos.

El viernes 11 de mayo nos fuimos Leila y yo a Oviedo para participar en una jornada organizada por Youropia, una asociación con base en Oviedo y que hace promoción de la movilidad por Europa. Hemos dado una charla frente a unas 50 personas y para mí era la primera experiencia así. Me encanto porqué para mí es importante  hablar de mí experiencia como voluntario y animar a la gente para qué se vayan también.

Algunas horas después cogí un autobús hacía Santander para juntarme con algunos amigos que vienen a visitarme desde Bélgica. Se quedan algunos días conmigo y para el fin de semana había previsto un recorrido por la costa entre la capital cántabra y Gijón. Pero nada salió como lo teníamos previsto. Primero porqué tuvimos problemas con el alquiler del coche y nos quedamos sin él. Luego porqué no tuvimos nada de suerte con el tiempo. En Santander encontré a Eva, una voluntaria que conocí en la formación y quien nos llevó por algunos lugares muy guayes para salir. 

Después de Santander paramos en Llanes, en la parte más oriental del Principado de Asturias. Este antiguo pueblo marinero convertido desde un tiempo ya en una ciudad balnearia, tiene mucho caché y nos encantó. A pesar del mal tiempo lo pasamos muy bien en todos los sentidos (comida, visitas y fiesta loca) y el domingo ya nos tocaba volver a Gijón. El próximo blog contaré ya otras aventuras.

¡Hasta Luego!