Europa

Bueno, pues escribo esto a cuatro días de irme de Eskola, así que voy a hacer un repaso rápido de los dos últimos meses:

Julio empezó movido y muy divertido. Gonzalo, mi compañero musical en España se vino a pasar unos días y además a tocar. Hemos participado en un festival de música irlandesa organizado por la ciudad de Kalajoki y ha sido muy emocionante. Han sido días llenos de música, de sol, y nos ha dado la oportunidad de conocer a gente encantadora y muy buenos músicos. Ya he perdido la cuenta de cuántas veces tocamos en una semana, y ha sido agotador pero ha merecido muchísimo la pena. Y además hasta es posible que repitamos el año que viene (¡ojalá!).

Luego empezó el kesäteatteri en Eskola: un teatro de verano que se organiza todos los años en el pueblo, y que implica a gran parte de la comunidad.  La obra, escrita e interpretada por gente de Eskola, estaba ambientada en los años 70 y según me han dicho tenía chistes un poco subidos de tono, lo que me resulta especialmente curioso sabiendo que los fineses son especialmente recatados. Pero la gente salía muy contenta de la obra y se oían risas todo el rato, así que imagino que debe ser una obra muy divertida aunque no pudiera entender absolutamente nada. Mi función en el kesäteatteri ha sido tocar unas cuantas canciones (todas de la época de los 70) en el intermedio para el café. He de confesar que he terminando odiando mucho a Abba de tantas veces que lo he tocado este verano. Pero ha sido bonito (no tanto los mosquitos del tamaño de camiones que te atacan a traición por hordas en estos lares).

Y así llegamos a Agosto, el último mes. Donde he visitado un parque natural en una isla próxima a la costa de Kalajoki y surcado el Báltico de nuevo, pero esta vez en bote (mucho más divertido por otra parte).

Y llega el peor momento de todos, el momento de las despedidas, de hacer las maletas y de poner fin a una de las experiencias más increíbles de mi vida. Y la verdad es que no tengo ni idea de cómo hacerlo. No sé cómo se dice adiós a tanta gente que ha sido mi familia y que he querido tanto en un solo año. A posiblemente las personas más generosas y amables que he conocido nunca y que han hecho de este año algo increíblemente bonito. A los niños del colegio que son mis mejores amigos, que han pasado a formar parte de mi día a día y de mí misma por lo tanto. A este país en definitiva que es precioso, fascinante y que me ha tratado tan bien. Finlandia me ha arrancado un trozo enorme de corazón y se lo va a quedar para siempre. Así que en definitiva creo que solo puedo poner fin a la crónica de este año sintiéndome inmensamente agradecida por todo lo vivido, porque me ha ayudado a crecer, y por toda la gente que ha hecho que esto sea fácil y que me ha hecho sentirme tan querida. He tenido mucha suerte.

Así que con esto me despido. Gracias por acompañarme en esta aventura. Ha sido precioso.

¡Un abrazo desde el pueblo de cuento más bonito del mundo!