Europa

Bueno pues: ¡el verano ha llegado a Eskola! Aunque he de decir que la primera semana de junio aún estaba nevando; pero solo se trataba de la reminiscencia de un invierno que por fin ha acabado.

El mes comenzó con un viaje express a España. Cuatro días en los que me empapé de Asturias, de sidra, de familia y amigos y de sol (que buena falta hacía); lo justo para recargar pilas y volver a mi segunda casa para afrontar el mes que se venía.

El siguiente acontecimiento importante es que Alba y yo viajamos a Estocolmo. Estuvimos tres días en la capital sueca (que deberían haber sido dos pero... se sucedieron una serie de acontecimientos que desencadenaron en catástrofe y básicamente perdimos el ferry de vuelta a Finlandia... ¡un desastre! Pero sin duda una aventura que añadir a la lista y que en algún tiempo seguro que nos hace reír). Estocolmo es muyyy bonito. Grande, con canales que parten en pedazos la ciudad y edificios grandilocuentes. Una ciudad para volver sin duda.

Y hablando de ciudades para volver: Tallin. Alba y yo estuvimos visitando Tallin unos días después de Navidad y en su momento me quedé totalmente enamorada de sus callejuelas y su muralla medieval. Pues bien: a finales de junio mi amigo Gonzalo, que suele tocar conmigo en Asturias (esto será relevante en el post del mes que viene, lo prometo), vino a verme y nos fuimos a visitar Helsinki y Tallin unos días. Tallin es más bonito si cabe en verano: llena de luz, flores, gente y vida... Coincidió con nuestra estancia allí que se celebraba algo relacionado con Estonia como estado miembro de la Unión Europea (no pude entender muy bien de qué se trataba exactamente) y había conciertos en la calle y performances muy extrañas y locas (como por ejemplo un guitarrista lanzándose con una tirolina desde un tejado mientras lanzaba llamas y humo por el casco...) digno de ver. Pero en Helsinki tuvimos la oportunidad de unirnos al desfile del día del Orgullo. Fue bonito ver a tanta gente unida (en un país como Finlandia especialmente) reivindicando derechos y libertad de una forma tan alegre a golpe de música y baile.

Más cosas de este mes: ¡¡Juhannus!! San Juan aquí es fiesta nacional (y por tanto no hay cole, ¡yuhu!). En ciertas regiones de Finlandia celebran Juhannus como en casa, encendiendo hogueras la noche de San Juan, pero en nuestra zona la tradición consiste más bien en divertirse toda la "noche" con familia y amigos, con las consecuencias que ello implica. Y digo "noche" porque esa es una de las maravillosas sorpresas de este fin del eterno invierno: Siempre es de día. Ya no hay oscuridad y puedes pasear toda la noche como si fuesen las cuatro de la tarde todo el tiempo. Es una sensación tan fascinante como extraña.

Y poco más que añadir queridas y queridos lectores, el mes de julio se avecina movido y musical... ¡Hasta el mes que viene!

Saludos desde mi pueblo de cuento.

Noelia.